Escribo
esto mientras debería estar dibujando para MI la vigésima quinta estrella. Es
que ha decidido que quiere cambiar de diseño, así, en el último momento.
Hasta
hace dos días, tenía clarísimo que quería tatuarse unas iniciales en un
pergamino envejecido. Pero ayer se puso a mirar fotos de estrellas y claro,
cambiamos el pergamino por una estrella.
Así
que aquí estoy, de diseñadora oficial, dibujando la misma estrella y las mismas
iniciales una y otra vez. Me quejo pero en realidad me hace bastante feliz.
Ese es
nuestro plan: MI y yo nos vamos a tatuar hoy. En su caso, por segunda vez, y en
el mío por tercera.
Es una
buena forma de terminar el año, mezclando la sangre con un poco de tinta, como
si de un lavado se tratase.
¿El
resto de la semana? No ha estado mal.
Hasta
arriba en el trabajo, viendo Juego de Tronos por las noches, ultimando detalles
para Nochevieja y Reyes por las mañanas y discutiendo con MI sobre tipografías,
estrellas, pergaminos y colores.
La
nochebuena ya os la conté aquí y la navidad, en este otro post. Le podemos
añadir un cliente que en Navidad a punto estuvo de declararme su amor de lo
contento que quedó con la gestión; uno que se ofendió mucho porque me llamaba
quejándose de unos papeles que no había leído al firmarlos; un gato que a pesar
de la castración, sigue acostándose con almohadas; y alguna hora extra el
viernes por la noche.
Sobre
el tatuaje os escribiré mañana; al igual que sobre la comida polaca que vamos a
hacer Moon y yo esta tarde, y la cena de Navidad que tendremos esta noche.
¿Y vuestra semana qué tal ha ido? 😊
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